viernes, 28 de junio de 2013

naufragios



es la identidad la mímica de un sueño que se imita
en estar despierto para dormir mejor?: es
aunque pregunte la respuesta de quien obsesionado
interroga con aires de afirmar burlonamente.

todo se despierta soñando
que estar despierto es un sueño del que cuesta levantarse,
aunque levantado sólo sea, ya, 
el sueño ausente: lo que sobra al no dormir.
es tan breve la eternidad que hasta
sonreír (tan cierto)
es ir en contra de la gravedad.

tanto cuesta
que el sol nazca en una taza de café,
que lo nocturno del brebaje nos conceda la mañana?
será el día un sigilo de la luna, la vigilia
de ampararse en la mampara que se empaña?

hay neblina en las partes del cuerpo
que fastidian todo lo que llora.
una mano entumecida –apretada por la almohada- es relegarse
a tocar las cosas
con el alma.

si cuando ausente en la grafía tiemblas,
si cuando tientas a la gracia tardas
en ver que el precipicio avalancha se hace,

lo umbilical al estacionarse
cordonea:

en esta caída al abismo
también
existe la doble fila.

y el despertador? es un traficante de sueños.

náufrago en todas las orillas,
despertarse no es tierra firme.
se puede estar vivo sin recuerdos:
la resaca es un ojo incrustado en una semilla de arena.

toda la costa es lejanía
de lo que a los pies se encuentra.

se escurre la fascinación que se provoca en no tolerar
al párpado que se encortina,
famélico es el ojo que deserta
y se transforma en llanura.

será posible que no quede nada? que no se repare
en la sospecha que ocasiona esta manera
tan distante de seguir durmiendo?
es cierto:
al final de cada estado del alma
-Facebook absuelve los pecados-
los bostezos de la sangre son balazos
que han perdido la herida abierta de su escape

ahora
las venas chorrean en diáspora.
regresando
se hace la fuga.

No hay comentarios:

Publicar un comentario